TRAS LOS PASOS DEL LOBO (Zamora)

CLIENTE: Especial de VIAJES de la revista HOLA!

El pasado mes de octubre tuve la fortuna de asistir a una jornada de avistamiento de lobo ibérico en la Sierra de la Culebra (Zamora) de la mano del biólogo Javier Talegón. La ocasión se presentó como consecuencia del encargo que me realizó la revista HOLA! con el fin de elaborar un reportaje -texto + fotografías- para el especial de viajes que publica cada invierno.

La Sierra de la Culebra, en la esquina noroccidental de la provincia de Zamora, es uno de los territorios con mayor densidad de lobo ibérico de la península Ibérica. Su orografía, el despoblamiento, el tipo de vegetación y unos usos ganaderos ancestrales, en los que el lobo siempre ha estado presente, han favorecido históricamente la presencia del lobo en este territorio. Por eso no es extraño que desde hace unos años las actividades de observación de lobos haya cobrado un auge especial, con un número cada vez mayor de empresas autorizadas para realizarlas.

En esta ocasión, gracias a la generosidad de LLOBU pude participar en una de las jornadas que organizan a lo largo del año, acompañando a su fundador, Javier Talegón, y al grupo de participantes en la actividad durante todo el día. La actividad, cuyo objetivo principal, más allá de la observación de lobos, es la educación ambiental y sensibilización respecto a las diferentes problemáticas que plantea la conservación de este animal, se desarrolla a lo largo del día en diferentes fases. Dado que el lobo es un animal de costumbres nocturnas, la actividad comienza justo cuando la noche empieza a disiparse, en un punto de la sierra con gran visibilidad sobre el territorio circundante, armados de telescopios con la esperanza de localizar algún grupo de lobos de regreso a sus cubiles.

Entrada la mañana, el grupo se traslada a otro punto de la sierra para desarrollar un pequeño taller en el que aprender sobre costumbres y biología del lobo y de otros animales que forman parte de su hábitat. Posteriormente, se explora un tramo del territorio en busca de rastros mientras se aprende sobre diferentes rasgos interpretativos del paisaje. Al caer la tarde se intenta un nuevo momento de avistamiento del lobo en el momento en el que estos retoman su actividad. Mucho más allá de poder contemplar las idas y venidas de estos animales, algo que nunca puede garantizarse al tratarse de animales en libertad, la experiencia se vive como una inolvidable jornada de aprendizaje y sensibilización sobre este tesoro de la fauna ibérica.

Estas son algunas de las fotografías que realicé a lo largo de la jornada. Algunas de ellas fueron publicadas en la edición en papel de la revista.