Fotografiar Las Médulas (León)

Algunos consejos y reportaje gráfico

© Texto y fotografías:  JAVIER PRIETO GALLEGO  

Las Médulas fue el mayor yacimiento de oro a cielo abierto del Imperio Romano. Aquel monumental esfuerzo por extraer el preciado metal devengó en una caos paisajístico que ha merecido estar incluido en la lista de lugares Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO.

Además de interesante por mil razones que puedes consultar AQUÍ es, desde luego, uno de los lugares más fotogénicos de Castilla y León. La forma de extraer el oro en este yacimiento consistió en reventar las montañas proyectando chorros de agua a presión por el interior de los túneles que habían cavado previamente. Conseguían así deshacerlas creando a la vez un impresionante fangal de piedras y lodo que iban cribando poco a poco en la parte baja del yacimiento.

El resultado de aquello es un revuelto de hondonadas y picachos rojizos relamidos a su vez por la erosión del viento y el agua. Todo ello revestido por una densa masa de castaños que forra buena parte de la laderas y hondonadas. Como digo, un paisaje sumamente atractivo para un fotógrafo, que encuentra aquí mil y un motivos para componer fotos originales y atractivas.

Por supuesto, uno de los lugares ineludibles es el mirador de Orellán. Se localiza en la parte alta del yacimiento y ofrece una espectacular panorámica del conjunto. Se accede por carretera desde un desvío a la izquierda de la carretera que conduce de Carucedo a Las Médulas. Se puede llegar en coche hasta el aparcamiento que hay 600 metros antes del mirador y después hay que continuar a pie. Es decir, que si vas a hacer fotos tendrás que prever el equipo que te pueda hacer falta para no dejarlo en el coche (trípode, filtros, etc…).

La mejor luz del conjunto desde este punto la vas a tener a última hora de la tarde, con el sol recortando los picachos y proyectando sombras sobre la masa de castaños.

Un poquito antes de alcanzar el mirador se localiza la entrada la Galería de Orellán, que es el único túnel visitable completo que se conserva de los que se excavaban para proyectar el agua por ellos. Se puede visitar pero es mejor que te asegures de que está abierto. La empresa que lo gestiona en estos momentos tiene este teléfono ( 620 24 93 06 ), aunque resulta difícil que te lo cojan. Aunque tiene iluminación artificial, te puede venir bien contar con un flash o trípode. El túnel finaliza en un balcón también con muy buenas vistas del yacimiento.

De igual forma vas a encontrar muy buenas oportunidades para hacer fotos si recorres los senderos señalizados que circulan por el interior. Especialmente la «Senda 2: Senda de las Valiñas» que arranca del Centro de Recepción de Visitantes. Tiene una longitud de 3,5 km y puede realizarse en una hora fácilmente y con niños, siempre que se lleve calzado de montaña o para andar por caminos.

En su recorrido te vas a asomar a las cavidades de La Encantada y La Cuevona, dos de las más grandes y espectaculares del yacimiento, consecuencia de los derrumbes que producían las trombas de agua.

En el recorrido, además de prestar atención a los detalles geológicos, con mil relieves y texturas que van cambiando a medida que las luces y las sombras van pasando por ellos, seguro que te llamarán también la atención los impresionantes castaños que forran las laderas y hondonadas del yacimiento. Fíjate en la enormes raíces que presentan algunos de ellos y en la especial textura de sus troncos. También son muy fotogénicas las hojas y los frutos del castaño. Prueba a componer imágenes acercándote y alejándote a ellos hasta encontrar la imagen que más te guste.

Precisamente la presencia de estos castaños, que están ahí porque son cuidados y cultivados por los vecinos de la zona – Todos tienen dueño. Respétalos en todo momento y no recolectes nada-, hace que el otoño sea un momento verdaderamente mágico en Las Médulas. Es entonces cuando el rojo intenso del suelo terroso de Las Médulas contrasta con los verdes, amarillos y ocres de los castaños cambiando su hoja. Como digo, pocos paisajes ofrecen semejante gama de colores.

Eso sí, tendrás que estar atento al discurrir de la estación porque no siempre se produce exactamente en la misma fecha -entorno a noviembre- y el espectáculo dura en su todo su esplendor un par de semanas como mucho.

Suerte con tus fotos.

Y ya contarás.

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