Paseo fotográfico por el Pinar de Antequera (Valladolid)

El Pinar de Antequera es un enorme bosque periurbano ubicado a las afueras de Valladolid, un pinar de algo más de 1.000 hectáreas que la ciudad atesora como un valioso espacio desde hace varios siglos. Ya en el siglo XVI se lee en las actas de la ciudad que lo utiliza y explota.

Sus orígenes se sitúan algo antes, cuando, sobre todo por impulso de Felipe II, se realizan enormes plantaciones de pinos en la cuenca media del Duero por considerarse un tipo de bosque más resistente a la voracidad del ganado, frente a las sequías y, también, como una forma efectiva de detener el avance de las dunas arenosas sobre los campos de cultivo.

Fue en el último cuarto del siglo XX cuando el Pinar de Antequera se convierte en el principal espacio natural para el esparcimiento de los vallisoletanos. Un espacio asilvestrado al que se podía llegar en autobús o en tren para disfrutar del aire puro que ya no se podía respirar en la ciudad. Un espacio verde perfecto para los domingos de verano que contaba, incluso, con hasta tres playas fluviales en el entorno de Puente Duero.

Hoy, gracias sobre todo al fantástico carril bici que lo conecta con la sur de la ciudad, sigue siendo ese espacio para el deshago que se tiene siempre a mano, con multitud de posibilidades para su disfrute. Entre ellos, además de los infinitos senderos que lo recorren, los dos senderos señalizados que permiten adentrarnos con seguridad por sus rincones más secretos: la Senda de la Legua y el Camino de la Playa, ambas dos opciones perfectas para disfrutar de unos espectaculares atardeceres haciendo fotos entre pinos amenizados por el canto incansable de los pájaros.

Algunos consejos para aprovechar mejor la experiencia pueden ser:

· Utilizar para hacer fotos las dos horas anteriores a la puesta de sol pero estando especialmente atento a los últimos 45 minutos. Es el momento en el que la luz se vuelve anaranjada (la «hora dorada») y comienza a colarse entre la fronda, casi a ras de suelo, ofreciendo un increíble juego de luces y sombras.

· Fíjate en los contraluces. Expón para las luces pero coloca las sombras (los troncos y las ramas en sombra) de manera que formen parte de tu composición.

· Fíjate cómo la luz rasante resalta la textura de las hierbas, la maleza, las flores, los troncos…